Han transcurrido casi tres años desde mi anterior presencia en este lugar. La dichosa Covid-19, aunque con menor virulencia, sigue entre nosotros. No podemos relajarnos y pensar que ya todo ha pasado. Con independencia del bichito, hemos acumulado nuevos años en el calendario. La vida se va acortando, como suele decirse: que dure mucho. 

    Desde el 3 del pasado mes de febrero, que hice mi anterior introducción en este rincón, han pasado muchas cosas. Confinamiento, consecuencia del célebre y no deseado coronavirus 19, durante un período de tiempo prolongado, que aún persiste,  aunque las restricciones ahora son más llevaderas. De todas formas no podemos relajarnos, hay predicciones que indican la vuelta a las andadas y tal vez con mayor virulencia, lo cual no significa que al día de hoy estemos limpios del dichoso bichito. Cada fecha salen nuevos contagiados y las muertes no cesan. Veremos que nos encontramos en la proxima entrada, si es que tenemos la oportunidad de hacerlo.

Para que esta página no acabe oxidándose voy a escribir alguna memez. Ya han pasado unos años desde aquella primera vez que inicié el aprendizaje de reflejar algunas de mis vivencias. Hoy, aunque no hayan noticias reseñables, diré que esta mañana, cuando iniciaba mi paseo, sin esperarlo, de pronto me vi envuelto entre nieblas que posteriormente fueron deshilachándose para acabar por la tarde cumpliéndose el refrán de "..mañanitas de niebla...". Y dado que estas escribanías ya no hay quien las lea, cierro el tenderete hasta la próxima que vuelva a toparme con este pasatiempos.

Quitando las telarañas

Una vez ojeada la prensa, solamente 2 periódicos y de forma rápida, pasado por Facebook y ganado dos partidas, una de dominó y otra de ajedrez, me encuentro con este amigo casi olvidado, no en vano han sido algo más de 2 años los transcurridos desde la última visita. Con esta comparecencia quiero dejar constancia de mi presencia en este puñetero mundo, cada vez más enrevesado, dominado por las vanidades, con personajes más propios de estar detrás de los telones que expuestos a la vista de los espectadores. 

Hoy, según el calendario, y atendiendo a lo que ha tiempo me inculcaron, resulta que es mi cumpleaños. Son tantos que si los pusiéramos en fila llegaríamos cerca de la luna. Me consolaré pensando en todos los seres queridos que en el camino se han ido quedando sin llegar a cumplir esta montonera de años y pidiendo que se nos prolongue lo más posible, siempre dentro de una normalidad saludable, aunque no falten los achaques que ahora agobian.

Quitando telarañas

Siguiendo la recomendación de D. "Manué", en relación con mi anterior entrada, voy a poner unas letras para dar vida a este triste blog. Acabo de finalizar mi enconada batalla con el idioma de Mr. Shakespeare sin conseguir abrir mi dura cabezota para lograr meter las palabras que voy descubriendo, mi afán es superior a mis resultados. A veces me digo que tampoco se trata de obtener unos frutos deslumbrantes, al fin y al cabo lo fundamental es remover las neuronas y de paso distraer las horas de soledad. No!, no pretendo domeñar esta lengua que tan complicado me lo pone, pero si en mi meolla se quedan 5 ó 10 palabras bien venidas sean. Cuando pateaba los cerros piconcilleros no tenía ni la menor idea de sus existencia. Finalizo, se hace tarde y aullan los lobos, ah! pero si aquí lo que hay son muchos chorizos, no precisamente de matanza.

De inspección

Me entretenía husmeando por distintos rincones de este trasto cuando de pronto me doy de narices con el blog, que de tanto tiempo sin utilizarlo se está poniendo mustio. Hoy, cuando son las 20 horas, antes de prepararme algo para cenar, al igual que hago con las macetitas ubicadas en la terraza de la cocina, voy a escribir estas letras para así avivar el fuego y evitar su muerte por inanición.