Mientras el tiempo va transcurriendo, una vez aviado el potaje; con sus garbancitos, bacalao y espinacas, acompañado con su correspondiente aliño: cebolla, puerro, ajo, tomate, aceite, - todo ello pasado por la trituradora - pimentón dulce, unas hojitas de laurel y para rematar la faena una pizquita de sal, no quiero que se moleste la clientela, suponiendo que les resulte atractivo el menú. Tenia yo deseos de preparar este plato, con independencia de la fecha en que ha sido llevado a término, tal vez haya tenido alguna influencia la tradición que en tiempos remotos era un práctica habitual, si bien era más frecuente en los dias de semana santa, jueves y viernes. Tras una corta parada en la escritura, causada por unas cuantas lágrimas que el texto de una de las canciones que estoy escuchando ha puesto en mis ojos, prosigo con mi relato. Como al principio digo, el estar pendiente del reloj, no de forma material, pues aún quedan varias horas para que la pareja de turistas procedentes de tierras madrileñas, hagan su aparición por estos lares. Usando esa expresión tan al uso de "matando el tiempo", que una vez reflejada en la pantalla me digo: ¡que carape!, acaso el tiempo se mata?. A veces empleamos términos que se parecen a la realidad lo mismo que una castaña a una boñiga de vaca, por ejemplo. Diremos que es una metáfora o metonimia. Bien es sabido que el tiempo, como magnitud física, se repite igual que el ajo. Pasan las horas, los dias, las semanas, los meses, los años, las centurias, cambiando la climatologia, pero nunca, en mis otoñales años vividos, he observado que el empleo de las distintas armas, en su amplia gama, desde la piedra o el garrote hasta la bomba atómica y ahora los cohetes teledirigidos, hayan logrado evitar la salida y puesta de sol, siempre por el mismo lugar. Aunque como dice otro refrán, que suele ser la expresión del saber del pueblo llano: "a todo cerdo le llega su San Martín" . Con ello podriamos convenir o deducir que aplicando dicho refrán tal vez pudiera, en fechas lejanas, producirse un cataclismo y lo que ahora entendemos por espacio tiempo desapareceria del universo, al no disponer de un referente. Por descontado, lo primero que no habria seria quien pudiera contarlo. Para dejar buen sabor de boca, acompaño el frutero con unas frutas, cada cual que tire de la que más le guste.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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