En vísperas del embarque

Cuando se va aproximando la fecha de mi partida para tierras madrileñas y valencianas, aunque temiendo, tampoco con mucha preocupación, las temperaturas que nos empiezan a acompañar, que en mi primera parada serán más elevadas que por estos lares, -hoy el Juanito en su blog da un avance-, se me ponen los cuatro pelos que tengo en la cabeza cual si fueran las puas de un erizo. En contrapartida y como siempre digo, me resulta más grato el tiempo invernal, con todos sus inconvenientes: frios, lluvias, vientos racheados o constantes, que las calores veraniegas, particularmente cuando se presentan esas noches en las que conciliar el sueño resulta tan complicado. Ahora, cabe el recurso de ponerse capas de ropa encima de la pellica inicial, así no es extraño el sentirme a veces cual si fuera una cebolla. Continuando con el comienzo de mi entrada, el miércoles subiré la maleta para iniciar su llenado; mañana, cuando se vaya Pilar, no tendré tiempo para dedicarme a estas labores, teniendo en cuenta que a las cuatro emprendo mi marcha hacia el cole. Espero no me tildeis de agonia, y menos en su primera acepción, pero de esta forma voy pensando en las cosas que he de embaular, seria más correcto decir "enmaletar", claro que este término no está bendecido por los padres de la madre RAE. Por cierto, ya he visto el precio que tiene la "Nueva gramática de la lengua española", al menos en Fnac y en la Casa del libro, 120 "leuros nos contemplan.