viernes, 17 de octubre de 2008
Se me apagará hoy?
El título viene a cuento de lo ocurrido ayer, cuando estaba escribiendo en este rectángulo. Se me desconectó el parato y me acordé de algunos de sus progenitores. Conclusión: me dije, hoy , como el trabajo realizao se me ha dio a jacer puñetas, no vuelvo a tocar las teclas. Espero en esta ocasión tener más suerte, aunque ante la duda he preferido levantar las posaderas del sillón y conectarlo a la red. Hoy he vuelto a visitar Sevilla, aquella que mi prima Isabel recitando una poesia decia algo así: ha visto la maravilla, del agua cayendo en Sevilla?. Como en la vez anterior, también hemos tenido varios despistes callejeros, llegamos a la estación del bus con el control a punto de cerrarse. Al regreso nos desviamos a un pueblo buscando restaurante para comer y los dos que vimos estaban con el candado puesto. Continuamos la marcha y ya próxima la hora tecera después de las doce, nos adentramos en otro pueblo, allí conseguimos encontrar un lugar que, aunque no pueda catalogarse como un cinco tenedores, no estaba mal. Menú: unos entrantes consistentes en unos trocinos de queso, mu güeno, y dos lonchinas, mu pequeñinas, de jamón, no era de bellota, endespué una judias verdes con pimientos y de segundo cochinillo, no al jorno, era guisao con una salsa y unas papinas fritas. Se dejaban tragar, ¡ah!, de postre un platanillo, por aquello del potaso. En casa estaba sobre las cinco de la tarde, la hora en la que según el poeta se iniciaba la corrida, de toros, no quiero interpretaciones erráticas o malévolas. Lo finalizo haciendo la observación, por si no sus abeis dao cuenta, que mezclo las palabras consideradas correctas por la que dicen limpia, brilla y dá explendor, y las que se usaban, no se en el presente, entre las güenas presonas de mis pueblos.
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