lunes, 8 de diciembre de 2008

Heme aquí

A punto de trasponer el sol por el Oeste, y antes que desaparezca la luz que me permite ver con claridad el teclado de este trasto; tras la videoconferencia mantenida con Juanito el pinturero, me pongo a divagar, segunda acepción contenida en el padre diccionario de la madre RAE. Estamos finalizando el corto período de vacaciones, no es mi caso, por lo que a más de uno que yo conozco se les está quemando el trasero al tener que volver a la rutina diaria de la levantá "trempanera", meterse en el lio metrero, alguna/o, e ir aguantando a jefes malhumorados o compañeros con mala leche. Yo, en cambio, continuaré con mi rutinaria vida: caminar, hacer compras para preparar mis comiditas e ir el cole, ésto si no está lloviendo o el cuerpo me pide quedarse tranquilamente en casa, reposando, que tampoco es una mala opción. Como la puñetera primitiva no se acuerda que invierto un par de "leuros" semanales, sigo sin conseguir un premio, a veces me conformo con un simple y ramplón "reintrego". Por tanto, mañana tendré que pasar por el despacho lotero y rellenar una vez más la papeleta, esperando que en esta ocasión la fortuna sea más propicia y llegue a cantar una soleá, un tiento, una seguidilla, o un fandango, por no decir una granaina, una caña, un polo, una cartagenera, una malagueña, una serrana o unas alegrias de cai. Hay más palos, no en la baraja de cartas, si en el cante "jondo". La luz me va abandonando, veo las teclas con menor claridad que al principio, "asina" que lo voy a dejar aquí, ya continuaremos en otra ocasión en que me encuentre inspirado y haya tiempo para tocar el piano.

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