Como en el título indico, me pongo a escribir un "poquino", como se pega la terminologia cacereña, mientras los garbanzos se van cociendo. No son unos garbanzos al estilo tradicional, solo van condimentados con pimiento verde, cebolla, ajo, un pimiento rojo, pero seco, una hoja de laurel y una pizca de pimentón, amén de un chorrito de aceite. El tiempo está un tanto cabroncete. Esta mañana, como es práctica habitual, salí a caminar, aprovechando el paseo para realizar las oportunas compras. Ví que estaba nublado pero no barrunté que pudiera caer lluvia tan temprano, en consecuencia, no me llevé el paraguas, aunque hubiera sido el que menos bulto hace. Craso error, nada más llegar a la estación de RENFE, cuando cruzaba por el paso elevado, noto pequeñas partículas de agua, niebla espesa, me dije; no en vano, la parte de la montaña estaba cubierta, así que continúo mi marcha pero a medida que iba avanzando las gotitas se hacian más abundantes. Entendiendo que no era cuestión de regresar a casa para proveerme del trasto negro al creer que seria cuestión de unos minutos. De nuevo repetí la previsión climática. Consecuencia, cuando llegué a Carrefour tenia los cristales de las gafas, como no van provistos de limpias, que apenas me dejaban ver y la pelliza, no es totalmente exacto el término aunque se aproxima, estaba bien mojada. Cuando salí la llovizna era más tenúe si bien, a medida que iba devorando metros, se hacia más intensa. Yo buscaba protección con los balcones salientes, pero aquello no resultaba muy práctico puesto que el viento hacia variar su sentido de caida. Al final, cuando llegué a casa, tenia los pelos, además de alborotados, listos para secarlos y las gafas y el chaquetón igualmente remojados. Las greñas se recolocaron, y los lentes fueron limpiados con un papel de cocina, en cuanto al chambergo, por asimilación a su definición, lo tengo colocado en una silla donde acabará secándose. Los pantalones no sufrieron demasiado, solo la parte baja. Mientras ésto escribía, acaba de caer una tromba de agua que por fortuna me ha cogido a cubierto, ha llegado hasta la puerta de la terraza. Voy a dar una vuelta a los garbanzos, no sea que armen una zapatiesta, "u sease": se peguen. Trabajo me ha costado poner la foto pero la insistencia ha sido mayor que la resistencia que ella me ha presentado. El plato que veis al lado, cubierto con papel de aluminio, son unos boquerones que me quedaron de ayer; compré más de medio quilo, ya estaban fritos. Ahorro de trabajo para hoy.
miércoles, 4 de marzo de 2009
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1 comentario:
Estimado Sr. "Urelio",
Espero que sus "gabrieles" hayan sido agradables al paladar.
Lo que no deseo es que esta legumbre haya provocado una obligada visita al "taller dental", y no tanto por el coste de la reparación si no, más bien, por las consecuencias gastro-intesti-anales que ello pueda provocar.
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