Aunque el viaje tuvo lugar en el dia de ayer, al no disponer de tiempo para meterme en el fregado de la escribania, me pongo a relatar el recorrido realizado y las nuevas cosas conocidas. La salida tuvo lugar unos minutos después del horario previsto, fuimos por Badajoz, aunque solo se veia a lo lejos. Paramos en un lugar, ya en tierras portuguesas, para tomar café, no era mi intención hacerlo, pero no tuvimos en cuenta que el horario es allí concorde con el de Canarias, además de indicarnos que ese servicio lo tenian una vez hubieran transcurrido dos horas. Continuamos nuestra marcha, tras una breve parada, por un control que tenian los equivalentes a la guardia civil nuestra, llegamos a Elvas. Tampoco aquí ingerí nada, no en vano, antes de salir de casa, habia cumplido con el rito de tomar mi pan tostado con aceite, la manzana y el yogur; por tanto, mi "estógamo" - a que os suena de otras veces?- cumplia con el requisito cotidiano y no solicitaba más cantidad de comida. Por fin avistamos el pueblo de Vila Vicosa, la c es con cedilla pero aquí no la veo en el teclado. Dada la información en la Oficina de Turismo, o algo similar, nos encaminamos al Palacio Ducal, queda constancia en una de las fotos que adjunto. Como el grupo era numeroso, dado el espacio por el que habiamos de caminar, tuvimos que entrar en dos grupos, por distraerme dejando constancia en mi cámara de la parte exterior, accedí en el segundo turno. Vimos muchos objetos, pinturas y salas del referido palacio, propiedad que fue de la Casa de Braganza. El problema fundamental estuvo en la imposibilidad de enterarse de las explicaciones que nos daban, yo al menos, la causa era mi ignorancia en el idioma portugués. Ya en la entrada ponian un cartel donde lo especificaban, lo curioso del asunto es que el guia hablaba correctamente nuestro idioma, en algunas aclaraciones lo usaba. En definitiva: cosas atractivas, antigüas y señoriales, -vamos, como Lisboa-, pero que del uso dado no entendí ni una "papa". Es como si hubiese fotografiado una naturaleza muerta, eso sí, sin cámara. Posteriormente, previo pago de 1,50 euros, nos pasearon por unos recintos grandes, aquí si se expresaba en un castellano entendible, que habian sido las caballerizas y que ahora servia como lugar para exponer una gran cantidad de carrozas. Las habia de diferentes tamaños, usos y épocas, en conjunto resultaba interesante. Finalizado este recorrido encaminamos nuestros pasos al restaurante, para reponer fuerzas, se hizo ejercicio subiendo y bajando escaleras. El nombre del comedero era original, "Cuco". Habian dispuesto una larga mesa y, en las sillas dispuestas a tal efecto, fuimos aposentando nuestras posaderas. Colocaron unos aperitivos consistentes en aceitunas, paté y un queso de sabor agradable al padadar, amén de su correspondiente pan y vino tinto. Transcurrido un tiempo nos sirvieron una sopa, yo diria se asemejaba a una crema con verduras que se hacian notar, no estaba mal, a continuación un pescado, aquí me cogieron en renuncio, no supe distinguir que tipo era. Posteriormente nos trajeron una carne con un guiso no conocido, si la procedencia de la carnaza, era como lomo de cerdo, pero en trozos pequeños y unas patatas fritas. A todo ésto, cuando se finalizaba un plato venian con la fuente por si alguno queria repetir. De postre tenian cosas dulces, yo opté por una macedonia de frutas, sin azúcar. Y para rematar la faena, el que quiso, se tomó un café, té o infusión. Cuando nos levantamos de la mesa, yo pensaba el mal trato que podria provocar mi delicada tripona. Como a continuación nos dedicamos a visitar otros lugares, entre ellos un castillo donde tienen un museo con restos desde la edad de piedra hasta un gran surtido de armas de caza, con una ingente cantidad de cornamentas, supongo serian de las piezas cobradas. Paseamos por su muralla, no muy grande, desde la que se veia un gran espacio. Este castillo tambien habia sido de la familia Braganza. Como último detalle decir que la entrada a la fortaleza estaba provista de un foso, ahora sin agua, con su correspondiente puente elevadizo. Aquí, tras la subida y bajada de escaleras, finalizamos nuestra visita turística. Disponiamos de unos minutos hasta la salida del autobús, me senté en una terraza con otros tres colegas y me tomé una manzanilla. De vuelta a casa, en el recorrido invertimos una hora y 40 minutejos, llegué a casa sano y salvo, habiendo ampliado mis capitidisminuidos conocimientos.
viernes, 3 de abril de 2009
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1 comentario:
Que bien que nos llevan de excursión!! Y cantasteís canciones de esas de vamos a contar mentiras? O la del para ser conductor de primera, acelera, acelera...? Jeje. Cuidaos lusos, que vienen los extremeños...Graças a Deus que tem sido a extremeños!! Traducción: Menos mal que se han ido los extremeños!!!)
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