¡Sigo en el tajo!

El Juanito ha removido mi amor propio. Andaba yo a cuestas con mi desgana para abrir mi blog, pero hoy, al leer su entrada, no he tenido más remedio que flagelarme, sacar fuerzas y administrarme una pequeña dosis de estímulo para abandonar la desidida que invade mi decaido espíritu. No será por la acumulación de tareas, ¡bien que me administro para llevarlas a cabo!, máxime cuando esta semana, por cuestiones vacacionales, no tengo que asistir a las consabidas clases, aunque tampoco las faenas a realizar me agobian en demasía. Pienso,( no, no voy a repetir la famosa frase de aquel personaje que cuando jugaba a las cartas desechaba algunas), que si un dia no puedo realizar aquello que me proponia ya vendrá el siguiente y tendremos tiempo para continuar el trabajo. Si el ciclo se agota diré como Teodoro, ¡me jodo!. En determinadas situaciones y viendo como anda el patio de monipodio se me abren las "cannes" y recapacitando me pregunto cuales serán los deméritos que hemos hecho para merecer este castigo. Aunque a veces no quiero ver los informativos, que deforman la realidad, ni leer la prensa en sus noticias más negativas, reconozco que eso es como si me pusiera una venda en los ojos y unos tapones en los oidos. La realidad está presente y no se puede negar, así que procuraremos sobrellevarlo lo mejor posible e ir pasando páginas del calendario. No voy a finalizar sin antes dedicar unas letras "ar Manolito". Como ves, aquí aparezco de nuevo, soy como el rio Guadiana, aunque ahora, por aquello de la falta de lluvias y disminuir su caudal no se habla de su aquellas apariciones y ocultaciones. Como fin de mi entrada os deseo felices fiestas y que os refocileis con los pequeños detalles que alegran nuestras entretelas.