Gracias a tu inspiración he conseguido, no sin un gran esfuerzo y paciencia, liberar el trapito que obstruia parte del tubo de la aspiradora. Quité el palitroque de una de las escobas y en la parte final del lugar en el que se enrosca, clavé una alcayata intentando agarrar el trapejo, no me dió resultado. En vista de mi primer fracaso decidí colocar una alcayata de mayor tamaño, aquì ya comencé a ver como se producian resultados positivos, lentos pero efectivos. Perseveré en mi afán hasta conseguir divisar el artilugio que taponaba el conducto de aspiración. Se acrecentó mi ánimo y tras varias tentativas logré asir una porción del guiñapo. Lo demás ya fue coser y cantar, tiré de la pequeña tirita y, como suele decirse, al final asomó el caldero, u sease, todo el trapujo. Por tanto, en parte por la idea "del Juanito y, también, por qué no decirlo, de mi trabajo, sin que en ningún instante, a pesar de las intentonas, apareciera en mi ánimo ningún signo de cabreo. Toda una lección para quienes saben de mis reacciones cuando alguna cosa no sale bien en los primeros intentos. En próximos dias, cuando tenga más apetencias de escribania pondré alguna cosa relacionada con la reforma y mejora de los cuartos de baño; tal vez ésto se plasme cuando finalice la colocación del mueble y las mamparas, ya encargadas. Aunque no viene a cuento, al no tener ninguna relación con el asunto tratado, no quiero dejar pasar la ocasión de colocar un retrato de la estatua situada en el parque del Oeste, captada en mi última visita a tierras gateras. Al menos no parece tan desnudo el texto.
lunes, 27 de julio de 2009
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