Comenzaré contando que ayer por la tarde fui a la consulta de la endocrina. Yo tenia un poco de recelo acerca del resultado de la analítica que me fue realizada, teniendo como antecedente que esa misma mañana, aproximadamente una hora después, me habia sido medida por la enfermera de la S.S. mediante el pinchacito en el dedo y daba una cantidad de 152. Mi sorpresa, recibida con satisfacción, se produjo cuando la dra. me dijo que estaba todo perfectamente, que era un buen paciente el cual no le daba trabajo, digamos que cumplia perfectamente con el tratamiento que debo seguir. Logicamente me relajé y le respondí que en ese empeño me encontraba, me alegraba por no darle una mayor carga de trabajo pues con ello yo era el mayor beneficiario. Es como pagar el seguro del hogar y no tener que usarlo. Esta mañana, y como la tienda en la que me proveo de fruta y parte de la verdura cierra el próximo viernes, he realizado la pertinente compra para llenar el frigorífico y así no tener que buscar lugares nuevos, cosa que al final no podré evitar. Como la adquisición de productos era abundante y su peso no apto para ser transportado en bolsas, he desempolvado, no porque tuviera polvo, el carro de la compra. Lo traia repleto. Esto para los chamberileros: sandia (5,195 k.), melones (8,110 k.), melocotones (2,175 k.), manzanas (3,605 k.), tomates (2,030 k.), pimientos verdes y rojo (0,305), patatas (1 k.) y otro artículo que ahora no recuerdo (0,755 k.). Ahora, atentos al dato: importe de la factura: 9,71 "leuros". Aprended a comprar. Lo remato con el carrito, así la literatura tiene un santo, como se decia en tiempos lejanos.
miércoles, 5 de agosto de 2009
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2 comentarios:
Vaya, por fin el carrito de la compra ha cumplido su funcion!
Eso digo yo, el carrito al fin da la cara. Para eso está, y así no habrá quejas de tendinitis y esas cosas. Y con respecto a la "diabetes", ya sabía yo que es sobre todo demasiado miedo. Si te cuidas mejor que nosotros...
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